Con la primavera a la vuelta de la esquina, muchos cultivadores empiezan a pensar en sacar sus plantas al exterior para aprovechar el sol y el buen clima. Si estás en Argentina y te gusta el autocultivo de cannabis, este es el momento perfecto para preparar tus plantas y asegurarte de que crezcan fuertes y saludables. El riego es uno de los factores más importantes para que todo salga bien, tanto si cultivás en interior como en exterior. Así que, acá te dejo algunos consejos clave para regar bien tus plantas y aprovechar al máximo la temporada que se viene.

Primero, no te excedas con el agua. Aunque parezca que la planta siempre necesita estar mojada, no es así. De hecho, es mejor que dejes que el sustrato se seque un poco entre riegos. La parte superior del sustrato, unos dos o tres centímetros, tiene que estar seca antes de volver a regar. Un buen truco es levantar la maceta: si la sentís liviana, es momento de darle agua. En exterior, donde el calor puede hacer que el sustrato se seque más rápido, es importante estar atento, pero sin pasarse.

Controlar el pH del agua también es crucial. Este es un detalle que muchos se olvidan, pero para que las raíces absorban bien los nutrientes, el agua tiene que estar entre 6.0 y 7.0 de pH. Si no está dentro de este rango, la planta no va a aprovechar los nutrientes que le des, y puede terminar con problemas. Un medidor de pH es una herramienta barata que te puede evitar muchos dolores de cabeza.

Acordate de que el agua estancada es enemiga de las raíces. Las plantas necesitan que el agua fluya bien, y si se acumula en el fondo de la maceta, las raíces pueden pudrirse. Para evitar esto, asegurate de que tu maceta tenga un buen drenaje. Además, usar un sustrato aireado, como una mezcla de perlita y turba, va a permitir que el agua se drene bien. En exterior, donde puede haber lluvias inesperadas, es fundamental que el sustrato no quede encharcado.

Otro aspecto importante es la temperatura del agua. Parece un detalle menor, pero si usás agua muy fría o muy caliente, podés estresar a la planta. Lo ideal es usar agua a temperatura ambiente. Dejá reposar el agua un rato antes de regar, y así evitás problemas con el estrés hídrico, sobre todo si la planta está expuesta al sol directo.

Finalmente, ajustá el riego según la etapa de crecimiento. En primavera, cuando las plantas recién están arrancando, necesitan menos cantidad de agua, pero más frecuente. En la fase de plántula, el riego tiene que ser liviano y frecuente. Cuando lleguen a la etapa de floración, van a necesitar más agua, pero con menos frecuencia. La clave es ir observando las señales de la planta y adaptar el riego a lo que te pida en cada momento.

En resumen, entender cuándo y cómo regar es fundamental para tener plantas sanas y cosechas abundantes. Siguiendo estos consejos, vas a asegurar un riego eficiente que potenciará el crecimiento y desarrollo de tus plantas en cada etapa del ciclo.

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